Hoy quiero compartir un par de técnicas de relajación que he aprendido, que se pueden aplicar rápidamente en momentos de ansiedad, angustia, nervios... para impedir que ese estado vaya a más o se prolongue en el tiempo.
El estrés es una respuesta natural y fundamental para la superviviencia. En una situación de peligro el cuerpo entiende que tiene que combatir o huir y segrega una serie de sustancias que le preparan para la acción. Esto es perfecto porque te prepara para escapar del león, para aprender y actuar mejor en el primer día de trabajo, para correr si te va a pillar el coche.
Al percibir el estímulo estresor, el sistema nervioso simpático toma el mando: las pupilas se dilatan, aumenta la fuerza y la frecuencia de los latidos del corazón, se dilatan los bronquios, disminuyen las contracciones estomacales, las glándulas suprarrenales se estimulan para que segreguen catecolaminas, que son hormonas que inician una reacción en cadena en el organismo.
En estado natural, una vez que has peleado o huido, vuelve la calma, y es el sistema nervioso parasimpático el que vuelve a tomar el mando. Su función es la de provocar o mantener un estado corporal de descanso o relajación tras un esfuerzo o para realizar funciones importantes como son la digestión o el sexo. Disminuye el nivel de estrés del organismo.
El problema del estrés es que se mantenga en el tiempo, que pase de ser algo puntual a que el cuerpo trabaje siempre con el S.N. simpático activado. Y como cualquier suceso que genere una respuesta emocional, puede causar estrés, es bastante probable que estemos permanentemente estresados. Tanto las situaciones positivas como las negativas, incluso irritaciones menores (esperar demasiado en una cola, el tráfico...) que pueden ser insignificantes para alguien pueden ser una causa de estrés para otra.
En resumen, que estar atacado todo el día no trae nada bueno: hipertensión, insomnio, agotamiento, gastritis, úlceras estomacales, disminución de la líbido...
Remedios clásicos contra el estrés: hacer ejercicio, tener amigos para poder compartir lo bueno y lo malo, hacer técnicas de relajación (yoga, meditación, autohipnosis, relajaciones profundas...) y evitar el uso de tranquilizantes o alcohol para hacer frente a las situaciones de estrés.
Lo que voy a explicar es muy rápido, para cuando escaparse a hacer una hora de yoga o de gimnasio o a echarse unas risas con los amigos no es posible.
Llenar la boca de saliva
Así dicho suena mal, lo se. Pero cuando el S.N. simpático (el de pasar a la acción) está al mando, la boca se seca o se llena de una saliva espesa y cuando es el parasimpático el que maneja el cotarro, la boca se llena de una saliva muy fluida. Así que cuando te das cuenta de que estás atacado y/o tienes la boca seca, si imaginas conscientemente que se llena de saliva fluida, activas que el parasimpático mande, con todos los beneficios que trae para el cuerpo, sobre todo para los aparatos cardiovascular, gastrointestinal, genitourinario y respiratorio.
Esto lo aprendí del Dr. Ángel Escudero, un médico-cirujano que opera en la Clínica Quirón de Valencia sin utilizar anestesia química, mediante el pensamiento.
Se puede usar su método, que consiste en decir o pensar la frase “mi boca se llena de saliva fresca, fluida, agradable” o imaginarte que muerdes medio limón. Yo prefiero esta última, y muchas veces sólo hace falta pensar en la palabra "limón", para que funcione.
Puntos neurovasculares del estómago receptores de estrés
Ah, ¿qué no sabes de qué hablo? Inexplicable ;-)
Esto lo he aprendido en el curso de kinesiología. Se trata de poner el dedo índice y medio de cada mano, en la frente, encima de los ojos y más o menos a la mitad (la foto deja más claro dónde hay que poner los dedos),en el punto neurovascular de Bennett correspondiente. El toque es ligerísimo: localizas los puntos y levantas ligeramente los dedos, sólo tienen que rozar la frente. Lo mantienes así un minuto, más o menos, y ya está.
Limones y rozarse la frente... efectivo y facilito, que las complicaciones causan estrés. ;-)